Por: Juan Felipe Sanguino Puerta
Estudiante de Comunicación Organizacional
Institución Universitaria Salazar y Herrera
Instagram y Twitter: @pipesanguino
Recuerdo que cuando desde que tengo uso de razón me encuentro con tus bellos colores cada domingo. Mi padre me inculcó este amor y por ti es que hoy escribo estas palabras. Sin importar la condición vos sos mi verdadero amor. Comencemos por decir esto. Tal vez muchas veces he llorado, he reído, he pasado días y noches pensando en un encuentro importante y cómo puedo contribuirte para sacar con éxito dicha situación; eso eres tú Atlético Nacional, un amor que nació sin condiciones y que seguirá por el resto de mis días.
Ahora bien, te he visto crecer, estructurar y re-modificar procesos, por los cuales han pasado personas que aman, respetan y dan todo por estos colores, por esta institución; como también he visto de manera coloquial personas que siente todo lo contrario y que solo les interesa tu dinero, dado que eres el más grande de Colombia.
Tu proceso no ha sido fácil, te has dejado llevar por ese sentido de urgencia que muchas veces no han llevado a tomar decisiones equivocadas, como la crisis del 2008 – 2009 cuando no se dieron los resultados esperados y por primera vez en mucho tiempo no jugamos las finales ni siquiera del torneo local; pero también le has dado prioridad a aquellos procesos exitosos y que nos llevaron a la gloria continental después de 27 años, proceso que mencionaremos en este escrito.
Transcurría el 2010 cuando un hombre de la casa confirma su regreso, Santiago “Sachi” Escobar, hermano de nuestro ídolo Andrés Escobar y quien sabemos por desgracias de unos intolerantes, nos lo arrebataron en 1994. Pues bien, esta nueva administración deportiva en cabeza de un desconocido Juan Carlos de la Cuesta, quería logros, títulos y una reconciliación entre hinchada y Club, es por esto que dio a la tarea de llamar al “Sachi”, su llegada fue celebrada por todos y empieza un nuevo proceso deportivo en Nacional.
“Sachi” inicia este proyecto con el aval de los altos directivos y decide así entonces llamar a sus hombres de confianza, dando como prioridad el ganar el torneo local después de 3 años de malos manejos administrativos que llevaron al fracaso y al divorcio entre hinchada y club. Empezó entonces un proceso de transformación continuo, en donde las prioridades salían a flor de piel, el primer sentido de urgencia en el que se fundamentó lo denominado “Amor por la institución”; todos sin excepción alguna debían crear este sentido de pertenencia por el Club, es por esto que fue paso a paso, primero la comunión de reconciliación con la hinchada por medio de sus dos representantes Felipe Muñoz y Felipe Ospina. Estos a su vez replicaron el mensaje a sus aliados dentro de la hinchada la reconciliación total se dio. En segundo lugar el priorizar un objetivo común pero no viéndolo desde lejos sino desde el día a día, creo un sentido de urgencia en sus jugadores, directivos e hinchada de recuperar la gloria local que alguna vez se tomó por decisiones erradas y el famoso “Nono”. Bien, estas herramientas fueron efectivas hasta que se consiguió dicho objetivo en menos de un año: 2011 volvimos al podio de honor.
Para 2012 el tener ya un objetivo alcanzado en este proceso, caímos en la autocomplacencia y en la zona de confort, confundiendo las prioridades institucionales y cayendo nuevamente en crisis. Además, esta crisis llevó al divorcio entre Técnico y jugadores, siendo el primero el más afectado, pues debió dejar su puesto. Llega al club Juan Carlos Osorio, resistido por toda la hinchada, el proceso de cambio y de nuevas estructuras para un verdadero sentido de urgencia institucional cambia. Confiando en las capacidades de Osorio el Club le da respaldo a su proyecto, es entonces cuando el técnico más ganador de la historia comienza su recorrido.
De nuevo, como lo hizo “Sachi” trae sus hombres de confianza, pero en esta oportunidad incluía jugadores, poco conocidos para la hinchada o de bajos méritos para estar en el Club. Lo primero, el proceso de transformación interno, en donde el verdadero sentido de urgencia, nace desde la necesidad de cambiar el chip de ganador local y participante de torneos internacionales, a querer ganar todos y cada uno de los torneos que se jueguen. Es entonces cuando desde Juan Carlos de la Cuesta hasta el comunicador Ramón Pinilla definen estrategias y prioridades para llevar a la hinchada a confiar en este proceso. Nadie dijo que sería fácil, pero los resultados empezaron a llegar y el regreso de un ídolo de la casa como lo es Juan Pablo Ángel, quien en declaraciones públicas afirmó que su regreso es gracias al proyecto presentado por Osorio, recompuso las cosas con la hinchada y la autocomplacencia de a poco fue desapareciendo, el nivel de exigencia aumentó y las prioridades pasaron a ser minuto a minuto. Un solo enfoque ganar la Copa Libertadores y regresar a lo más alto de Suramérica.
Este proceso llevó al Club a generar comunión profunda entre cada uno de sus públicos de interés, su urgencia fue ser más grande que ayer, el día a día es hacer algo verdaderamente positivo en pro del Club; es entonces como en 4 años Atlético Nacional vuelve a estar entre los grandes de Suramérica, respetado por todos, el acompañamiento fundamental de su hinchada en cada uno de los estadios hizo que el grupo de jugadores, directivos e hinchada entendiera que el sentido verdadero de urgencia es hacer historia día tras día.
Aparecieron los títulos, 6 para ser más exactos, en el ámbito local durante la era Osorio y después de 12 años el regreso a una final continental en el 2014, en aquella oportunidad Copa Sudamericana, se perdió frente a River Plate de Argentina pero el apoyo y las ansias de seguir con este proyecto fueron más fuertes que la ganas de dejar todo a un lado y empezar de cero nuevamente.
En 2015 ocurre lo inesperado, Osorio da un paso al costado y su cuerpo directivo, pero es entonces donde la enseñanza, la comunión y respeto por los procesos nos llevan a magníficas decisiones, su reemplazo Reinaldo Rueda. Reinaldo llegó a continuar con lo que el “Sachi” sembró, Osorio cosechó y ahora Rueda va a dar la estocada final, vamos a recoger los frutos, nada más y nada menos que gracias a este proceso hermoso de urgencia y de escribir día a día una historia diferente. Rueda llegó al podio más alto para un club de Sudamérica, Atlético Nacional gracias a sus prioridades a dejar de un lado la autocomplacencia y reconocer el verdadero sentido de urgencia, levantó la Copa Libertadores de América el 27 de julio de 2016, luego de 27 años sin hacerlo.
Después de vivir las verdes y las maduras, esta comunión entre sus públicos lo llevó a esta consecución y a vivir un hermoso proceso de 7 años, reconociendo prioridades, fallando pero corrigiendo estos fallos para convertirlos en nuestros aliados y volver a donde estuvimos en ese momento. La gloria continental. Pero este proceso debe ser de todos los días, es entonces cuando en marzo de 2017 se da el desequilibrio de Atlético Nacional, su Presidente da un paso al costado, el líder de esta hermosa historia se va, en su reemplazo un tipo que de fútbol poco o nada sabe porque el mismo lo reconoce, sus prioridades son otras y eso se nota en este nuevo proceso. El primer cambio es dejar ir a Reinaldo, si bien dicen que es decisión personal, si algo se nos quedó a los hinchas es aquella frase de Rueda: “No me quiero ir, pero me tengo que ir”, frase que puso en evidencia la situación del Club y el proceso de transformación al que se enfrenta. Segundo cambio, romper con el proyecto anterior en donde los técnicos colombianos son prioridad gracias a la filosofía del club, en vez de esto contrata a un técnico Español, resistido y poco querido por la hinchada; lo que nos lleva al tercer error y es el divorcio entre la hinchada y el Club. Si bien, los resultados se están obteniendo no es un secreto que en el proyecto anterior el acompañamiento era de 20.000 seguidores promedio por partido, hoy paso a ser 12.000 y dependiendo del partido.
El Club ha cambiado sus prioridades, está conforme con estar ya clasificado sin importa el juego que se muestra, lo que importa es ganar. La ley del “nono” empezó a funcionar, no hay plata para comprar jugadores, no hay forma de rebajar las boletas, no hay cómo establecer comunicación entre hinchada y directivos… Triste ver cómo se aproxima un periodo de crisis y de cómo la autocomplacencia está de nuevo rondando el Club, seguramente este año nos taparán con la teoría de proceso de cambio, cambio en el que la hinchada no ha sido escuchada y se le puso de lado. Lo primero es el beneficio propio y luego del club, viajes a China en donde no se juega con calidad al fútbol, demuestran esta teoría.
A los directivos se les olvidó el amor que nosotros los hinchas sentimos por el Club y que aprendimos a llevar un sentido de urgencia constante, priorizamos procesos en pro de que el club sea bien visto en el ámbito continental, procesos como el de visitar cárceles, estar presentes en tragedias como las de Moravia, entre otras; han pasado desapercibidas por la institución y su gran aliado los medios de comunicación.
Entonces el día en que alguien despierte y vuelva a escuchar nuestro punto de vista sobre el verdadero sentido de urgencia que nace del Club, esperamos que ese día no estemos en la situación en la que se encuentra nuestro más grande rival América de Cali quien gracias a su autocomplacencia y equivocación respecto a sus prioridades, en este momento no disputa un título, disputa su permanencia en la categoría. Lo cierto, es que este amor por ti no morirá, Atlético Nacional de mis amores.
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