martes, 14 de noviembre de 2017

Estamos demasiado ocupados

Por: Angélica Torres Robledo
Estudiante de Comunicación Organizacional
Institución Universitaria Salazar y Herrera

Esta reflexión se basa en el libro El sentido de la urgencia del autor John P. Kotter.

Este artículo no es más que una corta reflexión sobre el comportamiento de las organizaciones y sus colaboradores a la hora de enfrentar cambios y transformaciones importantes. 

Comenzaré con el siguiente apunte del autor en su libro: “Usted sabe que su organización debe cambiar” y así es, es claro, pero la situación en realidad para los líderes o directivos de una organización no radica en el hecho del cambio sino de cuándo aplicar ese cambio. 

Es curioso cómo se evidencian día a día al interior de las compañías que es necesario transformarse, y que además estos cambios son más que evidentes, pero que nunca se emprendieron del todo o fallaron. John afirma en su escrito que el principal error  que comete la gente es que no se asume un suficiente sentido de urgencia entre un suficiente grupo de personas y que además éste viciosamente es confundido con un falso sentido de urgencia. 

y ¿cuál es esa falsa urgencia? aquel que cree que es más productivo el que está más ocupado y el que está más estresado.
El verdadero sentido de urgencia, entonces, es la que se interpreta gracias a “la actitud  y al convencimiento profundo de las personas para aprovechar las oportunidades y evitar los peligros”, kotter afirma también que quienes viven con un verdadero sentido de urgencia intenta hacer algo importante todos los días.   

Y allí radica el problema y la respuesta a ese cuándo aplicar los cambios, en las organizaciones como dice el autor “Somos demasiado autocomplacientes… y ni siquiera lo sabemos” y mucho menos nos damos cuenta que la verdadera urgencia se presentó unos años atrás de que existiera una urgencia real. Estamos demasiado ocupados para darnos cuenta que todos los días podremos lograr grandes transformaciones al interior de la organización y estamos demasiado ocupados apagando incendios que no se premeditaron con anticipación.

 “La verdadera urgencia es motivada por una profunda determinación de ganar y no por la ansiedad de perder”

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