Por: Aura María Ruiz Toro @AurisToro
Estudiante de Comunicación y
Relaciones Corporativas
Universidad de Medellín
Columna de opinión
Columna de opinión
La reputación de una
empresa depende de la buena comunicación que haya en ella y para ello, se deben
romper los estigmas profesionales.
La comunicación
corporativa tiene la finalidad de gestionar en cada una de las áreas de la
empresa, apoyar, asesorar y organizar para el buen funcionamiento de ésta tanto
interna como externamente.
Esta función ha sido
mal interpretada durante muchos años en las compañías, pues el comunicador corporativo
solo ha servido para pegar carteles, hacer eventos o publicidad y no se le ha
dado el verdadero lugar que merece, no tanto por renombre, sino por el bien de
la empresa.
Son visibles los
estigmas que hay en cada área de la organización, pues cada cargo menosprecia
el trabajo de los otros y es allí donde hay falta de comunicación y de trabajo en
equipo. La responsabilidad del comunicador corporativo, así sea difícil, es cortar estos estigmas
formando una comunicación horizontal para que todos sientan que cumplen una
labor importante y además, que el comunicador pueda hacer mejor su trabajo y
más completo, en vez de ser discriminado laboralmente por personas con “cargos
importantes”.
Para esto, debe haber
un pensamiento, un fin y un logro en conjunto, independientemente del
departamento al que pertenezca el profesional, y el comunicador corporativo es
el encargado de que esto suceda fomentando la cultura
organizacional, el compromiso, el liderazgo, la comunicación, la
responsabilidad y el desempeño, y definir una visión y un plan a todos y cada
uno de los integrantes de la organización, según Ken Blanchard en su libro “¿Quién
mató al cambio?”, además fusionando estas cualidades es como se logrará una
comunicación interna rompiendo los estigmas y de allí dependerá que la
comunicación externa y la reputación sean bien reconocidas por el público
externo.
Aquí se demuestra que
el comunicador corporativo no sirve solo para hacer carteleras, publicidad o
eventos, sino que puede también desempeñarse en otros ámbitos para demostrar a
la empresa y a sí mismo que puede ir más allá, también ejerciendo cargos en la
parte administrativa, de recursos humanos o de mercadeo.
Aun así, sin importar
el cargo que ejerza, debe incentivar las cualidades ya nombradas anteriormente,
pues el éxito está en la comunicación, si no hay comunicación no hay cohesión y
si no hay cohesión no hay logros, por esto lo más importante es que todos los
integrantes de la organización se relacionen y se apoyen sin importar qué, eso
sí, con el debido respeto que cada persona merece, pues antes de ser
profesionales, son personas y todos merecen el mismo trato desde presidencia
hasta la parte obrera u operadora, sin aludir a los estigmas que han mantenido
un largo trayecto debido a que son generados desde la universidad.
El camino hacia el
éxito lo construye uno, sin importar los obstáculos externos…
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