martes, 24 de marzo de 2015

Una Justicia prostituida por sus padres

Por: Jorge Uribe Piedrahita
Comunicador Social /Organizacional
Periodista
Especialista en Mercadeo Gerencial
Docente Universitario
Líder Coach
La Corte Suprema de Justicia de Colombia es la más alta instancia judicial de la jurisdicción ordinaria en la República de Colombia. La sede está ubicada en el Palacio de Justicia en la Plaza de Bolívar en Bogotá, DC.

Lamentable escándalo ha ocurrido en la justicia colombiana durante los últimos días, ensuciando la imagen de la Corte Constitucional, de la Fiscalía y muchos organismos de control del Estado. ¡Qué vergüenza!

Jorge Ignacio Pretelt es acusado por tráfico de influencias
Y sí, qué vergüenza, la primera y no menos importante, es escuchar al magistrado Jorge Pretelt diciendo en plena cadena radial: "Nadien"; bueno... no seré el Nobel de la Pronunciación, ni tampoco dominaré el ciento por ciento del Español. Pero siempre vi en los magistrados, a los decanos de la Justicia colombiana: Doctores de las leyes que gracias a sus impecables hojas de vida habían llegado al más alto ministerio del que puede aspirar un abogado en su carrera profesional. Sin embargo, entré en pánico escénico cuando escuché de Pretelt: "Mi finca de Urabá no queda en Urabá", sentía una gran agonía. Lo noté tan desesperado, tanto como aquel capo del cartel de Medellín, que lanzaba bombas sin punto fijo cuando sentía en peligro a su madre, esposa e hijos. 

Debo confesar que hasta el viernes pasado creí que los magistrados eran intachables, confiaba tanto en su correcto actuar que nunca pensé que saldría un escándalo tan bochornoso. Y es que Pretelt, además de ser acusado por tráfico de influencias en la comisión de absoluciones y desplazamiento forzado en la Fiscalía; se convirtió en aquel amigo al que se le dan tres o cuatro copas de licor y empieza a soltar la lengua; y estoy seguro, que aunque el "nadien" no se le perdona; Jorge destapó como nunca antes, la olla podrida y requemada, la miseria corrupta y el ratonero que hace rato paga renta en las cortes.

La justicia en Colombia está regulada por la corrupción
Como un león en defensa de sus crías, Pretelt destrozó el prestigio y la reputación de la Corte Constitucional y empezó a tejer la caída del fiscal general, Eduardo Montealegre. El espectáculo era de aquellos que coloquialmente, califican: "Como para alquilar balcón", porque un hombre que llegó a su cargo por dudosa procedencia, fue capaz, aunque provocado, de lanzar las piedras de acusación, y sin medir sus palabras le recordó a todos los colegas en pleno que tienen rabo de paja para meterse a la candela, porque hasta el más intachable y honorable de los magistrados, ha practicado la terrible manía de extender su mano para recibir favores, para abusar del poder, para juntarse con abogados lobistas... les recordó sin conciencia, que todos tenían a familiares en la Procuraduría y la Fiscalía, y por eso ningún tenía facultades morales para poder cumplir con sus funciones. ¡Qué tristeza!

Y si, deberían irse todos...
Una justicia ciega y prostituida por sus padres
Es una propuesta bastante descabellada, sobre todo por la inestabilidad que puede producir y quizás jamás se materialice, porque los magistrados ya fueron a tocar las puertas de los camaradas para preguntarle en tono claro y contundente: ¿Y ahora, qué vamos a hacer? Porque en este lodazal, en la que varios alacranes vestidos de abogados, se lanzan tiros al aire libre; no hay quien se escape: A Pretelt no lo voy a defender, porque la conciencia arruga de él, al parecer si se compraba con millonarias sumas. Pero también se debe cuestionar el país el por qué Montealegre sale muy campante después de 10 años a entregar audios que dejan mal ubicado a Pretelt ¿En dónde tenía almacenada esa información? ¿Por qué hace renunciar a una fiscal regional de Córdoba supuestamente porque era ungida por el espíritu de Jorge como si los nombramientos se hicieren a espaldas de él? Y después de recibir pomposamente a Pretelt en su apartamento para "sugerirle" que los guerrilleros no pagasen un solo día de cárcel, viene ahora a acusarle de desplazamiento forzoso, acto que cometió hace 14 años. ¡Está bien que la justicia en Colombia sea tardía, pero no tanto, Fiscal!

Y es que los padres de la Justicia la están prostituyendo y al más bajo nivel, cada día se visualizan los intercambios de favores, votos y nombramientos entre magistrados, tribunales y organismos de control. Estudiantes que jamás "sudaron su carrera", por puro guiño político hoy ocupan los cargos que eminencias deberían estar ejerciendo. Cómo creer en unos organismos cargados de herederos, de esos que salen borrachos a decirle a la policía: "Usted no sabe quién soy yo". Hijas, esposas y sobrinas de la élite que no tienen que esforzarse en las universidades porque ya tienen el puesto guardado.

Eduardo Montealegre, fiscal General de la Nación
Colombia es uno de esos países corruptos que tienen a un Fiscal que se debe declarar impedido por todo: Ya lo hizo en la salud porque fue abogado de ladrones... pide la renuncia de Pretelt, so pena de haber trabajado para Fidupetrol, empresa que abonó a la crisis más profunda de la prostituida justicia colombiana.

Tenemos a Ordónez Maldonado, que trabaja en nombre de la Iglesia Católica y todo lo que ataque su intocable moral, no lo respalda, ya que para él los gays son obra del diablo y los pecados atentan contra la constitución del país. A un Gobierno, encabezado por Santos, que se convirtió en el Salomón de Colombia y a todos quiere hacer feliz con sus políticas de "paz", una paz con impunidad que ya supuestamente no quiere cargar con más muertos, pero que ojalá le pongan lupa para que no se metan los acostumbrados "miquillos" que se burlan de la inteligencia del pueblo, porque si en La Habana hay personajes como Simón Gaviria, que no sabe leer; pidámosle, entonces, protección a Dios.

Alejandro Ordónez Maldonado, procurador General de la Nación
Con el caso de Jorge Pretelt y la puesta en mesa de la ética de sus colegas; Colombia se da cuenta, que esa clase "académica", "encorbatada" y de "cóctel", que tenía una imagen positiva del 80%; solo le hace favores a quienes tiene dinero para pagar. Acá la efectividad de la justicia se ve cuando hay quien haga lobby, y un lobby envuelto en dólares o cifras millonarias de pesos. Contamos con honorables magistrados que no pueden levantar el dedo, porque hay cuatro más que le devuelven la acusación, y sobre todo, porque el dedo con que señalan está untado de política y de la brava, de la corrupta, de la podrida y venenosa, de esa que se cruza con la promiscuidad de los juzgados y la prostitución de las "altas cortes". 

Juan Manuel Santos Calderón, presidente de la República de Colombia
Ojalá esta experiencia sirva para edificar unas instituciones de justicia leales con la ética y el compromiso con el país; que lleguen a sus puestos personajes que no busquen enriquecerse con la justicia, ni jueguen con la impunidad para favorecer a quienes pueden pagar más. Y es que el caso de Jorge Pretelt y sus acusaciones, se convierte en el hito más grande para la historia de Colombia en cuanto a la defensa de la justicia y las leyes. ¡Ojalá esa misma justicia, pobre y acabada! entre en un proceso de rehabilitación y saquen de sus venas esa contaminación y droga que afecta su libre desarrollo y le impide ajustarse a las necesidades de Colombia.

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