Por: Catherine Múnera Echeverri
Estudiante de Hotelería y Turismo
Cursando la materia "Desarrollo de Competencias Empresariales"
Fundación Universitaria Autónoma de las Américas
Anteriormente cuando se iba a la escuela nos vendía la idea, de que si estudiábamos mucho y sacábamos buenas notas, más adelante podrías obtener un título universitario, y así conseguir un empleo bien remunerado. Con el paso del tiempo, nos hemos dado cuenta que la situación es muy diferente, tener un título profesional no es garantía de nada.
Anteriormente solo tenían derecho al estudio las personas con un gran poder adquisitivo, ya que no había instituciones públicas, solamente privadas. Con la declaración de los derechos del hombre escritos por Antonio Nariño empezaron a surgir algunos cambios. Se pensó en la idea de hacer pública la Educación, se trataba de pagar ésta con los impuestos del pueblo, obviamente a las personas adineradas no les gustó para nada la idea, pues pensaban que un campesino, o un niño pobre de la calle no podía aprender a leer y mucho menos a escribir, “eran brutos".
Al hacer varias investigaciones se dieron cuenta de que si era posible, ya que todos tenemos la misma capacidad académica, pero aún en la actualidad sigue muy arraigado el paradigma de pobre y rico, en la educación actual se puede evidenciar la economía y la inteligencia como dos pilares interdependientes.
Existen algunas personas que se han beneficiado de la economía de la educación, pero la gran mayoría, no. El poder que han adquirido estas personas les da el derecho de hacer con la educación lo que a ellos más les convenga, ¿Y qué es lo que a ellos más les conviene? Que no se aprenda lo necesario, que no se tenga el conocimiento requerido para juzgar las acciones de ellos, que no seamos capaces de defendernos, y que siempre estemos dispuestos a agachar la cabeza.
Con respecto a los maestros, podemos decir que es una de las profesiones más importantes, pues son ellos los que nos forman para el futuro, sin embargo son muy mal remunerados, si lo comparamos con Finlandia uno de los países con la mejor educación en el ámbito mundial por ocupar los primeros lugares en las pruebas PISA, un profesor gana aproximadamente entre 30.000 y 45.000 euros lo que equivale a pesos colombianos a 80.140.836 una cifra desproporcional con el salario que se recibe en Colombia, pues el máximo salario de un profesor es de 2.000.000 de pesos. Ya pueden sacar ustedes sus propias conclusiones.
Por otro lado, la preparación que reciben nuestros maestros no es la mejor, anteriormente se debía terminar en una Normal para obtener el título de maestro (pedagogo), y luego cada uno se iba especializando en su tema de preferencia, lo que ayudaba a subir de escalafón, y obviamente su sueldo. Actualmente, cualquier profesional puede ser profesor, solo necesita especializarse en alguna materia. Sin desmeritar la función de ninguno, muchos de estos profesores, por mucha teoría que tenga, no tienen la pedagogía necesaria para transmitir esa información, y se quedan cortos a la hora de aplicar disciplina a un grupo.
Al mismo tiempo están dotando las intuiciones educativas de material didáctico, tales como computadores, tabletas, salones inteligentes, cámaras fotográficas, video beam; muy buen proyecto, pero ¿Si se la da utilidad que merecen? ¿Están los profesores capacitados para manejar todo ese material? ¿Están los estudiantes preparados para aprender por medio de esas herramientas? Preguntas como éstas son las que nos debemos hacer antes de felicitar al gobierno por su buena labor de transformar la educación por medio de la tecnología. Todo eso se ha convertido en una excusa para tapar el sol con un dedo.
Cuando entramos al primer grado de toda nuestra vida escolar, nuestra imaginación es sorprendente, como niños nos imaginamos cosas maravillosas, nuestra mente está abierta a todas las posibilidades y respuestas para solucionar un problema. A medida que vamos avanzando de grado, nuestra mente se va limitando, ya no tenemos la misma capacidad de imaginación, porque nos han metido en la cabeza que solo existe lo que hay, si piensas o te imaginas algo fuera de lo común, eres un loco, tienes problemas psicológicos y necesitas asesorías de un psicólogo, esto se da porque la educación es un paradigma, está estructurada en base a un modelo en el cual solo se aprende lo que nos enseñan, como si poner a trabajar nuestra imaginación fuera un delito, se debería de poner más atención a esta situación, pues en nuestra Constitución en el artículo 44 se habla de la educación como un derecho fundamental que tiene cada niño.
Por si fuera poco lo mencionado anteriormente, hoy nos ataca el virus más peligroso que ha existido en los últimos años, la tecnología, vivimos en una constante guerra, en un periodo estimulante, donde no queremos que ésta nos consuma, pero al parecer el efecto es el contrario. El niño de hoy es atacado por los computadores, celulares, video juegos, tabletas, y un montón de canales de televisión, a los cuales debe de responder de manera asertiva, como podemos ver se maneja un sin número de información, la cual no existía tiempo atrás.
Esto puede ser primordial a la hora de asistir a un colegio, la mente está ubicada en otro lugar, y queda muy difícil pensar, lo que nos vuelve cada vez un poco más perezosos. La situación mencionada no importa para nada, pues se está cumpliendo con el objetivo de los altos mandos, el interés de la industria prevalece sobre esto.
Para dicha de estas personas y para desgracia del pueblo, en Colombia hay según datos del Gobierno 1.672.915 personas analfabetas, con esta población se podría llenar aproximadamente cuatro estadios como el Campín en Bogotá, la mayoría de estas personas se encuentran ubicadas en el campo, y en la Constitución colombiana en el artículo 64 se dice que es deber del estado promover el acceso progresivo a los servicios de educación, entro otros, con el fin de mejorar el ingreso y calidad de vida de los campesinos.
Otra cifra interesante que muestra el Gobierno es la de los 700.000 bachilleres que se gradúan al año, eso sí, sin saber el grado de conocimiento, y sin juzgar a ninguno por sus notas finales. La mayoría salen con un futuro incierto, sin saber qué van a estudiar o muchas veces sin recursos económicos para hacerlo.
Es allí donde el SENA, saca provecho de la situación, por así decirlo, para reclutar jóvenes y prepararlos para ofrecer al mercado una mano de obra barata, que necesita la industria. Por esto les ofrecen a estos bachilleres sin recursos y sin una orientación definida, programas de toda clase, sin costo alguno, y con una duración que a cualquier persona le llama la atención, pues el tiempo para graduarse como técnico o tecnólogo es reducido, y en muchas ocasiones estas personas salen con un puesto de trabajo definido, en el que el salario es deshonroso y el cargo requiere de un esfuerzo máximo, altas horas de trabajo, varias actividades a realizar, acciones que ni siquiera están comprendidas en el contrato, pero lo importante es que les pagan.
Para una persona de bajos recursos es muy difícil negarse a trabajar por un salario mínimo, que le alcanza a duras penas para sostener su familia y sacarla adelante, lo importante para ella es que puede subsistir. Pero por el contrario es muy desmotivador para una persona que estudió una carrera durante cinco años, y al graduarse tiene que salir a trabajar por un sueldo tan mísero como el que le pagan a la persona del primer caso. En muchas ocasiones no queda otra alternativa que tomar el cargo por el sueldo mínimo, pues la respuesta que da la empresa es: Si le sirve así, bienvenida sea, sino tranquila que si hay personas que de verdad quieren trabajar. Al mismo tiempo la compañía se alaga, al fin y al cabo está contratando a una persona del SENA, está colaborando con una labor social del Gobierno. Lo que no se sabe es que esa empresa lo está haciendo es para beneficio propio, solo está cumpliendo con una responsabilidad social impuesta por el Estado.
Pero no todo es malo, se puede observar desde otro punto de vista, el SENA, está encargada de ayudar a las personas de bajos recursos muchas veces dándole la oportunidad de que empiecen la preparación desde el grado noveno en el colegio, para cuando se gradúen sigan con su preparación en el instituto y salgan con el título de tecnólogos o técnico, el SENA se enfoca como lo mencioné anteriormente en preparar personas para la vida laboral, vinculado con las necesidades del mercado, un punto muy importante, pues la mayoría de personas, después de que nos graduamos nos pasamos el resto de nuestra vida trabajando. Al preparar a estas personas para la vida laboral, las hacen personas competentes y capaces de crear soluciones ante distintos problemas.
Nuestro país está pasando por un alto grado de desempleo, lo que quiere lograr el SENA es combatir este problema, generando empleo para las personas más jóvenes por medio de convenios que tienen con varias empresas. El SENA, además brinda la oportunidad de crear la empresa propia con un proyecto que se llama Emprender, otra ventaja que ofrece son los múltiples programas de formación con cursos virtuales lo que brinda una cobertura en toda Colombia.
El SENA siendo una entidad del Estado, sustentada en principios educativos debería presionar al Gobierno para acabar con la pereza social que ella misma difunde, al considerar subsidios para las personas más pobres, en lugar de pensar en empresas auto sostenibles, en las que solo estas personas de bajos recursos puedan trabajar. El SENA también debería valorizar y cuantificar el empleo de sus egresados y así darle oportunidad a los demás personas con educación superior.
Pienso que para que la Educación en Colombia mejore deberían de enfocarse menos en un solo problema como lo es la paz, sabiendo que hay muchos sectores flagelados como la salud, sector transporte, el agro, y obviamente la educación, que deberían ser base para un estado como Colombia, donde la riqueza natural abunda. Debemos implementar lo más sencillo y difícil en una sociedad, como lo es la ética, la moral y el respeto, para que no haya problemas de gobierno, de pobreza, y por ende de educación.
Subsidiar el 100% de la educación en los colegios públicos y en las universidades, donde se incluyan todos los jóvenes, el hecho de subsidiar dichas instituciones no quiere decir que la calidad de la educación desmejore, por el contrario se debe estar pensando cómo mejorarla cada vez más y qué herramientas o qué métodos utilizar para la mejora continua de ésta.
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