domingo, 23 de febrero de 2014

Del Chávez de las pesadillas al Maduro dictador

Por: Jorge Uribe Piedrahita 
Comunicador Social /Organizacional
Periodista
Especialista en Mercadeo Gerencial
Docente Universitario
Líder Coach


"¡Gloria al bravo pueblo que el yugo lanzó, la ley respetando, la virtud y el honor! ¡Abajo cadenas! Gritaba el señor y el pobre en su choza libertad pidió". Sea ésta la brillante oportunidad para evocar con respeto aquellas notas iniciales que conforman el himno nacional de la República Bolivariana de Venezuela, que hoy vive las consecuencias de más de 14 años de un mal socialismo sembrado por Hugo Rafael Chávez Frías, ya fallecido, y abonado por el dictador Nicolás Maduro Moros.

Bien dicen desde nuestros ancestros, que no hay mal que dure 100 años ni cuerpo que lo resista y al parecer esa pacífica Venezuela que mantuvo una actitud de resistencia y conformismo, levanta su voz para pedirle al Gobierno un cambio radical, pero, infortunadamente, no la tiene fácil. 

La Patria heredada por Chávez a sus pupilos, no era más que una bomba de tiempo, una situación que buscaba las salidas más difíciles al laberinto formado por un mal socialismo implantado en el país más rico de Suramérica. Son 15 años en los que se obtiene a una Venezuela, más que nunca, polarizada, a una tierra cargada de insultos entre sus pobladores, a unas elecciones complicadas entre Maduro y Capriles que arrojó unos resultados significativos, aunque ignorados tanto por el gobierno actual como por aquel mundo que tanto aboga por la democracia. 


Hemos sido testigos de intentos de golpes, de manifestaciones, de conflictos civiles a punto de comenzar, de la forma tan vil como el Gobierno ha armado a civiles para que atenten contra sus conciudadanos. Y es que al parecer, por estar en peleas verbales, en un tire y afloje, al heredero de Chávez se le olvidó que había recibido un país al borde del abismo, y se quedó sentado en su trono, mirando hacia al cielo, buscando entre el paisaje pájaros con mensajes divinos o añorando la multiplicaciones de "penes", que finalmente rectificó y más bien era la de PANES. A Maduro se le olvidó gobernar desde los aspectos económicos y sociales. La economía nacional se fue al piso, y como bien lo vimos en el caso de la pelea entre Chávez y Uribe, una cosa son los problemas políticos y una diferente, las dificultades económicas.

Es que es increíble, atemorizante y hasta preocupante que la nación más rica de Suramérica tenga la mayor inflación del mundo, con un 56%, con un desabastecimiento de alimentos de primera categoría y problemas que afectan el bolsillo y la estabilidad de un país que se ha visto en la necesidad de pedirle al mundo intervención y ayuda humanitaria.


¡Fracasó el chavismo! Y ya lo habíamos augurado, es que un modelo no se sostiene con la técnica o las estrategias implementadas por Hugo. Desde siempre tenían más aspectos a criticar que aquellos que favorecían su desarrollo y potencialización. Era un modelo positivo desde el punto de vista social y equitativo, porque por primera vez abogaba más por el vulgo que por las grandes empresas, pero era negativo porque realmente los líderes, como en todo modelo socialista, le incorporaron la CORRUPCIÓN como columna principal y hoy, ni siquiera el pájaro de Chávez, desde su divinidad, es capaz de explicar en dónde están un millón de millones de dólares de la renta petrolera. Ni siquiera Chávez que, según Maduro, está a la diestra de Dios, es capaz de explicar cómo la inseguridad ciudadana está al límite del descontrol total. Y finalmente, son aquellos habitantes, quienes cansados, quienes agotados por tanta infamia, toman las banderas de la libertad y se agolpan en las calles para generar protestas masivas, que en sus inicios eran pacíficas, y que el mismo gobierno las volcó incandescentes, lo que terminó en más de ocho muertes, calles bañadas de sangre y la violación a la libertad de prensa.


Más allá de una guerra civil, que quizás no ocurra, hay consecuencias de unas acciones de Chávez, quien desde comienzos de su primer gobierno, armó a milicias civiles para que fueran ellos quienes defendieran su "revolución" ante cualquier intento de saboteo por parte de las fuerzas militares u otros grupos de oposición. Sin embargo, hoy ciudadanos armados son un grupo político militar que hasta hacen exigencias al mismo gobierno de Maduro, y han adquirido mucha fuerza. Sumándole, el aumento del crimen organizado, la visible polarización de un pueblo y una serie de manifestaciones que no tienen un líder visible: Por un lado, está Leopoldo López, quien se encuentra recluso y que para muchos, es simplemente un oportunista y buen jugador, capaz de aprovechar el momento para convertirse en el mártir político y cogerle ventaja a los demás líderes de la oposición; Henrique Capriles, que más que apoyar la salida a las calles, ha buscado la manera de regresar a los manifestantes a sus hogares, pues su estilo no es de confrontaciones, sino un trabajo desde las bases populares; y Maria Corina Machado, ejemplo de templanza y lucha, se reúne con el pueblo, pero su figura no alcanza el peso necesario para verla como aquella heroína que acabará con el dictador.

Lo claro es que el escenario político y social de Venezuela se está transformando, y después de estás protestas el país no será el mismo: O se radicaliza la revolución bolivariana al extremo de llegar a una dictadura política muy a lo cubano o se genera el tan anhelado cambio que buscan los protestantes. Lo claro es que en un pueblo dividido es muy difícil gobernar, porque sea el polo que llegue al poder, siempre la oposición se encargara de desestabilizarlo y mantener a su gente en las calles abogando por el cambio. 

Bendito Chávez, que en paz descanses ¿Cómo dejaste esta mazamorra en un país tan bello y tan millonario? ¡Siento dolor por Venezuela! 


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