Por: Jorge Uribe Piedrahita
Comunicador Social /Organizacional
Periodista
Especialista en Mercadeo Gerencial
Docente Universitario
Líder Coach
Hace algunos meses había abandonado la enriquecedora labor de escribir. Quería apartarme de las letras y permitir que mi mente y mis dedos reposarán durante un buen tiempo. Sin embargo, el momento que hoy vive mi Patria me obliga a regresar a este mundo, me exige retornar para hablar sobre lo que representó para mi vida el colombiano más eterno y universal de la historia de la humanidad: Gabriel García Márquez.
Dicen que los grandes no mueren, y quizás no lo hagan por el legado mágico que dejan en los hombres, en el caso de Gabito, seguro su recuerdo y su obra nunca saldrán de la mente de las actuales y futuras generaciones de humanos. Él supo llegarle al alma del país, se convirtió el hijo preferido de estas montañas, en la inspiración de quienes apenas emprendemos el largo camino del periodismo, se tornó en el hombre más influyente en la literatura universal.

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Después de años difíciles, de intentar conquistar el mundo con "La hojarasca", "La mala hora" y "El coronel no tiene quien le escriba", recordó a Tranquilina, su abuela, y las historias de cuando era niño, con éstas empezó a escribir "Cien años de soledad". Se encerró durante 16 meses para que la idea se materializara en el papel, mientras su esposa, Mercedes Barcha, empeñaba todo, hasta la licuadora para enviar la novela a Argentina. Y es que el colombiano más universal de la historia, no fue famoso en su tierra; el país gaucho fue el primero en darle la oportunidad, porque en Colombia era un hombre desconocido, hasta algunas de sus obras fueron vetadas por palabras como ¡Mierda! con la que termina "El Coronel".

García Márquez fallece el 17 de abril de 2014 en México, y deja un legado incalculable para el mundo; será la inspiración de todos los que abogamos por un Planeta en el que los humanos vivan en paz, sin necesidad de recurrir a esa frase que retumba en su obra "El otoño del patriarca": "El día en que la mierda tenga algún valor los pobres nacerán sin culo". Así era Gabito, un hombre que envolvía con sus letras, reflejaba sus ideales en los textos, transmitía con sus descripciones las ganas de habitar en su realidad; quería bañar a sus lectores con el olvido, cubrirlos con un realismo mágico bien escrito, con las ganas de pedir la visa para morir en Macondo.
Gracias Gabriel García Márquez por convertirse en el hijo mayor de Colombia, por ser fuente de inspiración, por sus escritos y su obra, por dejar una estela de recuerdos que pasarán de generación en generación y será obligatorio para colegios y universidades, implementar ciclos de formación en los que usted, sus novelas y cuentos, serán protagonistas eternos.
Gabriel José de la Concordia García Márquez (1927 -2014) Q.E.P.D.